martes, 11 de agosto de 2009

"framescapes" José Mª Marbán


Invernal Room
2008, 99 x 150 cm.
Tintas pigmentadas




Monocromías II
2005, 132 x 132 cm.
Impresia con Cymbolic Sciencies
Lighjet 430




Otoñal activity
2009, 61 x 90
Tintas pigmentadas




Inland
2007, 100 x 144 cm.
Impresión UVI-jet directa s/ dibond




Marañas II
2007, 61 x 90
Tintas pigmentadas




Fuente




Tierras II
2009, 61 x 90
Tintas pigmentadas



Fragor
2008, 61 x 92
Tintas pigmentadas




Fluir
2008, 61 x 92 cm.
Tintas pigmentadas



Estela
2008, 61 x 92 cm.
Tintas pigmentadas

Aqua
2008, 100 x 150 cm.
Impresión UVI-jet directa s/ dibond


Con "Framescapes" (contracción de "frame landscapes"), presentamos una selección de fotografías de mediano y gran formato del vasto conjunto de obra que José Mª Marbán (Valderas, León, 1958) tiene en torno al paisaje.El uso de la tecnología digital desde sus albores ha hecho de Marbán un sofisticado manipulador de las imágenes como demostró en su primera exposición individual (Sublime Fractal) en nuestra galería. En el caso de la obra que ahora que ahora se expone, la principal manipulación de las imágenes está en su captura, no obstante lo cual, todas ellas sean sometidas después a diferentes procesos de edición digital.Como ha advertido el crítico Javier Rubio Nomblot en sus textos sobre la obra de Marbán, y en particular de sus estudios del agua, "su concepción del paisaje –su mirada- es la única posible en un mundo desvertebrado". A falta de metarrelatos, órdenes, cánones y otras estructuras garantesde sentido o estabilidad aparente, la mirada de marbán serpentea entre los reflejos, sabios en su mudanza, del agua y la erosión de la materia. Su formación y su "ojo" de la pintura y el collage han venido condicionando su trabajo fotográfico tanto en su posicionamiento ante la captura de la imagen como en su edición posterior.De ahí que las obras de JMª Marbán se encuentren en un territorio impreciso y mestizo, de modo que sólo a partir de las propias imágenes se puede intentar dilucidar su propio género y heterodoxa tradición.
José Mª Marbán (León 1959)
EXPOSICIONES INDIVIDUALES:2008Fluet Aqua Sala Caja Duero Zaragoza Itinerancia por Soria y Valladolid2007Sublime Fractal Gal. Benito Esteban, SalamancaIsland Inland Diputación de Valladolid, “Palacio de Pimentel”, Valladolid2006Natural Fantasy Sala Campus Stellae, Col. HH. MM. de San José, LeónDoble Naturaleza Sala Luis Vélez, Medina Del Campo (Valladolid)Doble Naturaleza Casa de Cultura, Medina De Rioseco (Valladolid)2004Procesos Fundación Municipal de Cultura, Sala Calderón, Valladolid2003Estampas Centro Equinocio, UGC Cine Cité de Valladolid2002La estancia Instalación en el Centro de Arte Áncona, ValladolidEXPOSICIONES COLECTIVAS:2007I Bienal de Escultura de Valladolid Fund. Mnpal. de Cultura, Ayto. Valladolid.Patio de la Hospedería del Monasterio de San Benito.Art/Salamanca Gal Benito Esteban, SalamancaArte Santander Gal. Benito Esteban, Salamanca2006Arte Santander Gal. Caracol, SantanderColectiva” Galería Sardón, León2005Art/Salamanca Gal. Caracol, Salamanca2004Colectiva Gal. Espacio 36 de Zamora2002Solsticio 02-03 Centro de Arte Áncona, ValladolidColectiva Fundación Ana Jiménez, Valladolid

BENITO ESTEBAN Galería de arte
C/ Santa Clara 5, 37001 Salamanca(+34) 923 210 681 galeria@benitoesteban.com http://www.benitoesteban.com/


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1 comentarios:
Absolut Salamanca dijo... Exposición

José María Marbán regresa a la galería Benito Esteban (desde hoy) con Framescapes (contracción de frame landscapes), una selección de 12 fotos de mediano y gran formato del vasto conjunto de obra que tiene sobre el paisaje. El uso de la tecnología digital ha hecho de Marbán un sofisticado manipulador de las imágenes como demostró en su primera exposición individual (Sublime Fractal) en la galería. Las fotografías que componen la muestra forman parte de sus estudios del paisaje, como una realidad geotopográfica caracterizada por sus constantes mutaciones, regenerada a través de la tecnología con la que es procesado su registro. La muestra actual utiliza la edición digital de las imágenes para desvanecer la realidad ante nuestros ojos y convertirla en un flujo cromático restallante de ecos pictóricos y simbólicos.

domingo, 9 de agosto de 2009

"Sublime Fractal"





“Génesis”
2007, 198 x 330 cm,
Impresión de tintas y pigmentos s/ lona

JMª MARBÁN Sublime Fractal
del 12 de mayo al 24 de junio de 2008
Sublime Fractal presenta en Salamanca la última producción del vallisoletano fotógrafo y artista José Mª Marbán, cuya obra se ha venido desenvolviendo desde una primera abstracción con ecos naturalistas-surrealistas (no en balde fue seleccionado en el XXV premio de Dibujo Joan Miró) hasta una libérrima abstracción digital pasando a través de una exhaustiva obra fotográfica paisajística o naturalística que, si bien no ha sido mostrada salvo de manera muy puntual, es inevitable para comprender el resto de procesos creativos del artista.
En las nueve piezas que componen la muestra actual utiliza la edición digital de las imágenes para desvanecer la realidad ante nuestros ojos y convertirla en un flujo cromático restallante de ecos pictóricos y simbólicos –como revelan algunos de los títulos como Génesis, pieza central de la exposición, con sus 198 x 330 cm. o Transmutación-, donde los reflejos, las ondas y sus efectos hipnóticos empujan la experiencia estética hacia otros estados de conciencia arquetípicos.
Como ha señalado el crítico J. Rubio Nomblot en su texto del catálogo Island Inland, Marbán se encuentra “embarcado en una reelaboración del paisaje […] que acaso tienda a subsumirlo todo […] pero que, en cualquier caso hunde sus raíces en la pintura, entendida esta como espacio autónomo y táctil, como lenguaje de imágenes e impresiones, como una creación de intuición y subjetividad que es siempre inmune a otras formas de conocimiento.”

Benito EstebanGalería de arte
Exposición de José María Marban Gil "Sublime Fractal"
Del 12 de mayo al 24 de junio de 2007 en la Galeria de arte Benito Esteban. C/ Santa Clara 5 37001 Salamanca. Tlfn. 34 923 269 678 / 652 332 381. galeria@benitoesteban.com www.benitoesteban.com

José María Marbán Gil (arte-Valladolid)
Génesis198 x 330 cm.El sábado 12 de mayo a las 20,00 horas se inaugura la exposición "Sublime Fractal" el leonés afincado en Valladolid José Mª Marbán.
Recoge una selección de su última producción digital, una suerte de crisol en el que ha precipitado su interes por la fotografía de la naturaleza y la abstracción matérica de raiz surrealista con que inicara su trayectoria a finales de los ochenta resultando unas imágenes con un nuevo cuerpo, fruto de la matemática alquimia digital.

Exposición de José Mª Marbán "Island Inland"























Presentación de la Exposición de José Mª Marbán "Island Inland"
PALACIO DE PIMENTEL DEL 2 AL 21 DE FEBRERO DE 2007


Catálogo de la Exposición de José Mª Marbán "Island Inland" (5.532,53 KBytes) (PDF)


EL UNIVERSO DEL ARTRÓPODO
Tal y como están las cosas –y nosotros de inermes frente al obstinado silencio que la mayoría de ellas nos devuelve- no creo que pueda entenderse esta a menudo extraordinaria obra última de José María Marbán sin saber de donde viene este artista o, lo que es lo mismo, qué ha atisbado en esos veinte años que lleva analizando el paisaje entendido este, claro está, como construcción atípica y problema último: cada vez más, todos somos posestructuralistas –ignorándose tal cosa más plenamente a medida que el mecanismo se sofistica- pero la naturaleza, pase lo que pase, nunca se deja atrapar en estructura alguna y su misteriosa inasibilidad contamina nuestro encuentro con ella; y este, por más que el paisaje que nos rodea sea casi siempre artificial, se reitera más de lo que parece porque nuestro propio cuerpo –y el del otro- sigue presente en la edad del paisaje euclidiano y de la máquina (la rodante o la voladora, la supercalculadora, la transmisora instantánea de símbolos, etc..) y ese organismo, como sucede a cada instante en el entorno salvaje, enferma, envejece, es derrotado por sus hijos y muere pero, sobre todo, es un bullir perenne (siendo todo hervor informe), un cóctel de tormentas eléctricas, cambios de temperatura, movimiento de fluidos, acoplamientos y divisiones, reacciones químicas, degradaciones y apariciones: puro paisaje abstracto; y sabido esto, faltaba únicamente construir un alma a imagen y semejanza de esa informidad que, curiosamente, alienta y evoluciona; “los acontecimientos espacio-temporales del cuerpo de un ser vivo que corresponden a la actividad de su mente, a su autoconciencia u otras acciones son, si no estrictamente deterministas, en todo caso estadístico- terministas”, dijo entonces Schrödinger (What is life? The Physical Aspect of the Living Cell, 1944) para dejarnos, de hecho, inermes ante la materia viva que conforma nuestro cuerpo y cuyo agitarse automático da lugar a lo que, durante tantos milenios, creímos que eran nuestros pensamientos.No es extraño, por tanto, que el hombre pensante suprimido por la física estadística, luego antropológicamente muerto por el estructuralismo (“El fin último de las ciencias humanas no es construir al hombre, sino disolverlo”, dirá Lévi-Strauss en El pensamiento salvaje, 1964) y finalmente pseudoreencontrado como artrópodo en un espacio ya plenamente informe sin el esqueleto de los “metarrelatos” (“Todo aquello que es recibido, aunque sea de ayer, debe ser objeto de sospecha”, clama Lyotard en La condición posmoderna, 1979), se asome al paisaje esperando hallar, no una ordenada sucesión de sólidos, sino una materia líquida e inaprensible cuando no un espejismo fluctuante cuya verdadera forma, de existir, sin duda diferiría radicalmente de lo que vemos: el artista del Renacimiento inscribe las formas en una inextricable estructura geométrica a la que le otorga un valor simbólico e incluso Cézanne aconseja en sus Cartas “tratar a la naturaleza por el cilindro, la esfera, el cono, todo en la debida perspectiva”; José María Marbán ha mostrado, a lo largo de estos años de búsqueda y análisis, que no sabría contemplar el paisaje sin un microscopio y un satélite, sin llevarse un puñado de tierra y una rama y, sobre todo, sin considerar que el cuadro ha de ser en sí mismo una prolongación de esos fenómenos inmensurables –inmunes a la reestructuración artificial- que son el paisaje: “es como si la naturaleza misma realizara las imágenes como por puras reacciones químicas; como una continuación de lo natural se producen estos dibujos que no importa si están gestados con lápices, pintura, tintas, pigmentos o nuevos medios tecnológicos”, declaró con ocasión de su muestra Procesos (Valladolid, 2004), título este que, claro está, es el único sinónimo posible de paisaje.
Y si se dijo que conviene conocer el conjunto de la investigación marbaniana fue porque aquellos cuadros primeros –figuraciones inconcretas dictadas por la materia pictórica que acaso puedan relacionarse, por su cualidad líquida, con las del lírico Alberto Reguera- en nada difieren de sus actuales fotografías e infografías: Marbán no sólo ha demostrado que su entronque con la tradición de la imagen de síntesis –que se produce hace siete años- es plenamente legítimo (y accesoriamente, no aniquila a la pintura) sino que, como se certifica en esta exposición, es un auténtico mago de la manipulación digital, dotado de una sensibilidad específica (el que haya aquí espléndidas fotos no retocadas impide ya que podamos recurrir al concepto de efecto especial y debamos considerar sus intervenciones en la imagen como nuevas capas de realidad del mismo modo que Hofmann interpretó la diversidad de materiales y resonancias consustanciales al códice medieval y al collage cubista en Los fundamentos del arte moderno, 1987) y bendecido con una claridad de ideas que en este neomundo virtual suele brillar por su ausencia.No creo que, a la vista de obras tan inapelables como sus estudios del movimiento del agua –metáfora definitiva de una desvertebración del relato, osada pero tan calculada que alumbra, de nuevo, lo maravilloso-, deba añadirse mucho más: este artista ecléctico está embarcado en una reelaboración del paisaje -por qué no decirlo, del paisajismo- que acaso tienda a subsumirlo todo –desde la vista aérea hasta la construcción matemática pasando por lo objetual y lo “específico para un sitio”- pero que, en cualquier caso, hunde sus raíces en la pintura, entendida esta como espacio autónomo y táctil, como lenguaje de imágenes e impresiones, como una creación de intuición y subjetividad que es siempre inmune a otras formas de conocimiento.
JAVIER RUBIO NOMBLOT

"ISLAND INLAND"
La primera vez que tomé contacto con la obra fotográfica de Marbán fue en la galería Caracol, en la que pude ver una fotografía de una acumulación de basuras en el canal de Isabel II ; sin embargo no resultaba sencillo ubicar espacialmente el lugar ya que aunque era una toma cenital, la más normal para fotografiar el canal desde su orilla , no concedía demasiadas pistas al respecto. Esta situación se volvió a repetir en el taller que realicé con mis alumnos sobre la exposición “Natural Fantasy” que Marbán tubo en la sala Campus Stellae de León. Una de las preguntas que se planteaba en el taller era que fotografía no había sido modificada digitalmente ; La respuesta era una obra en la que se contemplaba parte de la pared del canal y parte del cauce ;Sin embargo, el encuadre era tal que no resultaba fácil comprender la imagen global .Esa capacidad para acercarse a la abstracción partiendo del natural sin modificarlo se consigue otras veces tomando una superficie de paisaje muy amplia lo que convierte la fotografía en un mapa topográfico o muy pequeña .Por otra parte otras dos características : Las texturas visuales que conforma, y la luz, el juego de claroscuros , los brillos blancos en la superficie del agua como reflejos de la luz solar o más tamizados como fondo de un atardecer pero contrapuestos a los huecos oscuros de los fondos de sus ríos, canales, charcas … y a los contraluces de sus árboles, plantas, montes… nos permiten intuir al Marbán pintor , anterior al Marbán fotógrafo ,cronológicamente hablando.“Island inland” supone una introspección casi onírica en el mundo interior de Marbán, en la que realiza una lectura de paisajes , de lugares que le son cercanos y familiares pero con una mirada nostálgica que le acerca a tiempos pasados utilizando la música de cómo máquina del tiempo.

Carlos A. Cuenllas . (Escultor)


Digamos que esta exposición ha tenido la intención clara de mostrar un mundo aparte, poco habitual o al menos poco transitado: el de asociar ideas entre diferentes prácticas y disciplinas artísticas cono son: la música, la fotografía, la pintura y los nuevos medios digitales...Quizá la pintura este poco representada? o tal vez nó porque es el punto de partida o mejor: la base... de una forma de proceder...es decir, que es imposible deshacerse de tantos desvelos plásticos y tantos planteamientos que tiene como base el “Hacer” manual, el uso de medios pictóricos (pigmentos...soportes de todo tipo, técnicas mixtas, etc) y unos conceptos un tanto... gastados...? abstracción, matérica, poéticas de diferentes procedencias...lirismos, acercamientos místicos...
Sin embargo el arte se reinventa... re-lecturas de lo pictórico con medios plásticos diferentes de la pintura....
Pero plásticos diferentes de la pintura....
Pero volviendo a esta muestra... en la que la asociación de ideas es la clave conceptual de la exposición-instalación...
Se puede decir que una mezcla ecléctica de imágenes procedentes de la naturaleza e imágenes trastocadas, manipuladas de naturaleza o de pura ciencia digital, o de ambas cosas en la que también aparecen “apropiaciones” de imágenes provenientes del campo de la astrofísica (telescopio espacial).
Imágenes animadas....y un video en clave de “cuatro” pero en “movimiento”.
El hilo conductor es sin duda esta asociación de ideas entre los fotogramas de un mundo natural idealizado, una música (la de Robert Fripp en su “ISLAND”). La portada del disco, tomaba aquí como elemento plástico.. la “m20” recreación una “secuencia” con alusiones a ese ir y volver de la imaginación tiempo sobre algo existente y real, imágenes de satélites....nubulosas vistas por el “Hubbe”... y como no las obras más “cercanas” tomadas de un mundo interior propio intransferible...que hablan sobre la naturaleza idealizada o manejada hacia una determinada voluntad...
Todos estos elementos para comunicar, insuflar... una idea quizá estética o espiritual...
Se trata de intentar compartir una emoción...tratar que los demás experimenten...
Para entender esto quizá sea de gran ayuda la música, que se capta con otro sentido... diferente al de la vista... y sin embargo tiene mucho que ver con la “visión” interior de paisajes... y fija emocionalmente cosas que serian imposibles de otro modo.
Existen sonidos muy plásticos y al revés, imágenes sonoras.
En este sentido las “Piezas de Kina Crimson, aportan de manera especial, paisajes... interiores e intemporables...
“Islas tierra adentro” el castellano del título... se refiere claramente (en clave de metáfora) a la isla que todos tenemos..., la isla “mental” el “paraíso” donde todo es idealizado por nosotros mismos.
Esta isla también puede se el “entorno” propio de uno mismo trasportado de forma “ensoñada” de un lugar mental a otro físico mas real y cercano, “aparentemente” prosaico... pero transformado por una visión poética....Quizá un intento de transmutación alquímica de unas imágenes, muchas veces de una belleza original..., otras de una buscada intención plástica... o dirigidas a comunicar un concepto. En cualquier caso, un intento de aunar imágenes mediante una idea.. y realizarlas con medios diferentes y al mismo tiempo unidas .

J M. Marbán

"FLUET AQUA" de José María Marbán



Exposición "FLUET AQUA" de José María Marbán
Centro Cultural Gaya NuñoPlaza San EstebanSoria

Exposición Fluet Agua (2.561,78 KBytes)(PDF)



“Aparezca el oscuro y nuboso cielo batido por el curso contrario de los vientos y envuelto en incesante lluvia que con granizo se confunde, arrastrando de acá para allá infinitas ramas desgajadas y hojas infinitas. Aparezcan en tornos los añosos árboles desarraigados y arrancados por el furor de los vientos, y los montes arruinados y descarnados por el ímpetu de los torrentes, en ellos desplomándose y sus valles cegando, y los ríos rebosantes, anegando y sumergiendo innumerables tierras y a sus gentes.”
Leonardo
Se ha repetido hasta la saciedad que ninguna imagen -fotográfica o no- es realmente objetiva: “lo verdadero en estado bruto es más falso que lo falso”, “nada es idéntico a la suma exacta de sus apariencias”, diría Paul Valéry; y es esa imposibilidad, precisamente, la que permite que exista la figura del artista, pues es él quien, más que enseñarnos a ver, fabrica la visión, como lo querría la fenomenología de Merleau-Ponty; cada obra –cada época- trataría de explicar, un poco mejor, qué miramos y cómo. Y si “una obra de arte debería enseñarnos siempre que no habíamos visto lo que estamos viendo” es, sin duda, porque lo que existe no se ve realmente hasta que no es aprehendido, hasta que no es capturado de algún modo e insertado en la biblioteca de las imágenes. Pero si se ha dicho, también, que las imágenes son “asesinas de lo real, asesinas de su propio modelo” (Baudrillard), no es tanto porque de ninguna de estas capturas pudo decirse nunca –ni siquiera en el caso de los paradigmas y las obras canónicas- que representaba lo que realmente vemos (que sí lo representa, en cierto modo), cuanto porque toda codificación es reductora por definición: “llegamos a representarnos el mundo como dejándose reducir, aquí y allá, en elementos inteligibles”, prosigue Valéry en sus Escritos sobre Leonardo da Vinci.
Sin embargo, frente a una obra tan sofisticada como esta de José María Marbán –o, si se prefiere, a una obra en la que el proceso de manipulación digital de la imagen ha alcanzado una considerable sofisticación-, podríamos tender a pensar que en algún momento –probablemente no muy lejano- y gracias a la tecnología, se hará realidad el viejo sueño de las vanguardias –que en cierto modo es el de los artistas de todas las épocas- y llegará el cuadro a contener y mostrar efectivamente aquello que realmente vemos, si no fuera porque lo que importa es, en definitiva, lo que realmente vivimos en ese instante que el cuadro captura y, sobre todo, lo que vive quien hace la captura. De ahí que importe que éste sea un artista y, ya puestos, que su mirada de artista –privilegiada por definición y aun por convención- revele aquello que de universal y permanente –“el arte conserva, y es lo único en el mundo que se conserva”, dijeron Deleuze y Guattarihay, no ya en la naturaleza, sino en la propia mirada; es decir, en la propia vida humana.
En “El universo del artrópodo”, el texto que escribí hace un año para el artista con ocasión de su individual en Valladolid -y que citaré por ser el único que se le ha dedicado a su obra-, traté de mostrar que su concepción del paisaje –su mirada- es la única posible en un mundo desvertebrado y lo refleja: “No es extraño, por tanto, que el hombre pensante suprimido por la física estadística, luego antropológicamente muerto por el estructuralismo (“El fin último de las ciencias humanas no es construir al hombre, sino disolverlo”, dirá Lévi-Strauss en El pensamiento salvaje, 1964) y finalmente pseudoreencontrado como artrópodo en un espacio ya plenamente informe sin el esqueleto de los “metarrelatos” (“Todo aquello que es recibido, aunque sea de ayer, debe ser objeto de sospecha”, clama Lyotard en La condición posmoderna, 1979), se asome al paisaje esperando hallar, no una ordenada sucesión de sólidos, sino una materia líquida e inaprensible cuando no un espejismo fluctuante cuya verdadera forma, de existir, sin duda diferiría radicalmente de lo que vemos”. Marbán procede de la pintura o, más precisamente, del collage –recuérdese que Werner Hoffmann, Francastel y otros, ya hicieron del collage cubista la piedra angular del arte moderno- y a lo largo de su trayectoria ha ido, sin que su obra perdiera nada de su coherencia y sentido, interviniendo en esa amalgama de distintas formas hasta arribar, como es lógico, a la materia digital: la más versátil, la más elástica y maleable, la sintética por excelencia.
“El aire era oscuro por culpa de la densa lluvia que, descendiendo oblicuamente ante el empuje de los vientos, engendra ondas por el aire como si de polvo se tratara (con la sola diferencia de ser tal inundación atravesada por las rectas trayectorias de las gotas de agua que caían). Su color se teñía del fuego provocado por los rayos que hendían y rasgaban las nubes; aquellas llamas descubrían los vastos piélagos de los valles inundados, que mostraban en sus vientres las inclinadas copas de los árboles. En medio de las aguas veíase a Neptuno con su tridente y veíase a Eolo envolviendo con sus vientos los árboles arrancados, que flotaban y giraban entre las inmensas olas. El horizonte y el hemisferio todo aparecían turbios y encendidos por las llamas de las continuas centellas. Veíase a hombres y pájaros abarrotar los grandes árboles aún no sepultados por las dilatas ondas, causa de las trombas que los inmensos abismos circundaban” sigue diciendo Leonardo en su Tratado de la pintura. Se trata de una aproximación al agua a través de su furia; el artista busca los límites, lo paroxístico, el final: así, el diluvio es la máxima expresión de lo acuático; su esencia, su tope (de hecho, para él, el agua era el “vehículo de la naturaleza”, vetturale di natura, que era a la Tierra lo que la sangre es al cuerpo). Tal vez por eso, los estudios del agua que realizó Leonardo muestran que, como buen renacentista, Leonardo trataba de ver, bajo lo informe, una geometría mágica y secreta; acaso lo que había entrevisto en su viaje al final. Y al compararlos con los últimos trabajos de Marbán acaso podamos concluir que éste trata de aproximarse a la esencia de lo líquido recorriendo el camino inverso: viaja desde lo hiperreal fotográfico hacia lo insólito y fantástico; desde lo común a lo imposible. Probablemente coincida con el Valéry de los Escritos sobre Leonardo en que “no hay nada más poderoso que la vida imaginativa”: tal vez debamos inventar nuevas leyendas, pero lo verdadero seguirá siempre hallándose en lo imaginario.
Continuaba diciendo, en el mencionado texto, que el paisaje es lo que de él vemos y sabemos y que, en consecuencia, no puede ser percibido y comprendido -no existe- independientemente de los medios -la tecnología, por ejemplo- que nos permiten estudiarlo: “José María Marbán ha mostrado, a lo largo de estos años de búsqueda y análisis, que no sabría contemplar el paisaje sin un microscopio y un satélite”. Sí: el mundo no es el mismo -aunque lo parezca- una vez que lo hemos visto desde la Luna; y, sin embargo, el artista no podría tampoco hacer paisaje “sin llevarse un puñado de tierra y una rama y, sobre todo, sin considerar que el cuadro ha de ser en sí mismo una prolongación de esos fenómenos inmensurables -inmunes a la reestructuración artificial- que son el paisaje: “es como si la naturaleza misma realizara las imágenes como por puras reacciones químicas; como una continuación de lo natural se producen estos dibujos que no importa si están gestados con lápices, pintura, tintas, pigmentos o nuevos medios tecnológicos”, declaró con ocasión de su muestra Procesos (Valladolid, 2004), título este que, claro está, es el único sinónimo posible de paisaje”. ¿Significa esto que existe, pese a todo, algo permanente, una estructura?
Mientras Claude Monet pintaba la serie de Los Nenúfares (1897), escribió que “los paisajes de agua y sus reflejos se han convertido en una obsesión. Ya soy un hombre mayor y esta tarea va más allá de mis fuerzas, pero todavía quiero conseguir pintar lo que siento”. Del mismo modo, David Hockney, cuyas Piscinas figuran entre los más característico y coherente de su obra, afirmó que “el agua puede tomar cualquier apariencia, puede ser de cualquier color, es movible y hay una total libertad a la hora de representarla”. Obsesión y libertad: dejamos el paisaje y volvemos, sin duda, al artista que retrata el agua. O, lo que es lo mismo, al retrato del artista.
Javier Rubio Nomblot

“Fluet aqua de situlis eius, et semen illius erit in aquis multis. Extolletur super Agag rex eius, et elevabitur regnum illius.”
(“De sus cubos agua fluye: su simiente, en aguas muchas; y se ensalzará sobre Agag su reyy subirá su dominación.”)
Números 24, v 7
El agua como argumento en: e-norte.org

JM Marbán


Cántico 2009, 61 x 90 cm. Tintas pigmentadas.
de "Framescapes"
José Mª Marbán (León 1959)
EXPOSICIONES INDIVIDUALES:

2009
Framescapes
del 20 de febrero al 28 de marzo
Gal. BENITO ESTEBAN ,Salamanca
2008
Fluet Aqua Sala Caja Duero Zaragoza Itinerancia por Soria y Valladolid
2007
Sublime Fractal Gal. Benito Esteban, Salamanca
Island Inland Diputación de Valladolid, “Palacio de Pimentel”, Valladolid
2006
Natural Fantasy Sala Campus Stellae, Col. HH. MM. de San José, León
Doble Naturaleza Sala Luis Vélez, Medina Del Campo (Valladolid)
Doble Naturaleza Casa de Cultura, Medina De Rioseco (Valladolid)
2004
Procesos Fundación Municipal de Cultura, Sala Calderón, Valladolid
2003
Estampas Centro Equinocio, UGC Cine Cité de Valladolid
2002
"La estancia" Instalación en el Centro de Arte Áncona, Valladolid

EXPOSICIONES COLECTIVAS:
2008
Art/Salamanca -"Invernal Room"-Gal. Benito Esteban, Salamanca
2007
I Bienal de Escultura de Valladolid Fund. Mnpal. de Cultura, Ayto. Valladolid.Patio de la Hospedería del Monasterio de San Benito.
Art/Salamanca Gal Benito Esteban, Salamanca
Arte Santander Gal. Benito Esteban, Salamanca
2006
Arte Santander Gal. Caracol, SantanderColectiva” Galería Sardón, León
2005
Art/Salamanca Gal. Caracol, Salamanca
2004
Colectiva Gal. Espacio 36 de Zamora
2002
Solsticio 02-03 Centro de Arte Áncona, ValladolidColectiva Fundación Ana Jiménez, Valladolid.
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